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Carta de los Reyes Magos

In Blog by Miriam Tudela0 Comments

Llega la Navidad y los padres se enfrentan a la temida pregunta ¿Mamá, papá, existen los Reyes Magos? Y llegado este momento empiezan a titubear, no saben qué decir, pero no quieren echar por tierra toda esa magia que trae la Navidad.

Por eso, os dejamos tres cartas de los Reyes Magos que podéis usar como idea para enfrentar esta situación y seguir conservando la magia.

¿Cuándo enviar la carta?

No hay un momento o una edad fija, a veces depende más del amigo que le desvela el secreto en el cole y nos lo pregunta, otras porque ha visto algo… El niño empezará a hacer muchas preguntas, por un lado quiere saber la verdad pero por el otro tiene miedo de que si desvela el secreto, los regalos se acaben.

Os dejo 3 modelos de carta para que elijáis la que más os guste. Solo tenéis que pinchar en el modelo, adaptarla a vuestros hijos, imprimirla… y ¡suerte!

Modelo 1

– Mamá, mamá… mis amigas del cole dicen que los Reyes Magos son los padres, ¿es verdad?

– La madre de María sonríe, le da un beso y le dice: “Mira ____… Tengo que enseñarte algo que guardo en este cajón desde hace __ años.”. Su madre saca del cajón un sobre blanco. Lo abre y le dice a María: Esta carta la recibimos en casa el día en que naciste. Es una carta escrita por los Reyes Magos y que nos piden que les hagamos tres favores. “¿Quieres que te la lea?”

– ¡Sí mamá, por favor!

Carta de los reyes magos a los padres

Apreciado papá y apreciada mamá de María,

Somos los Reyes Magos. Sabemos que acaba de nacer ______. Es una niña preciosa que os va a hacer muy felices a los dos. Ya sabéis que cada 6 de enero nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños y les dejamos unos regalitos para celebrar el nacimiento del niño Jesús y para decirles lo orgullosos que estamos de ellos.

Pero a partir de ahora no podremos hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más y más niños en este mundo. No podemos ir a casa de todos. Además, ayer me caí del camello y me rompí el brazo (soy Melchor, un poquito torpe); Gaspar es muy lento porque camina con la ayuda de un viejo bastón y Baltasar, ¡nuestro viejecito Baltasar!, se olvida siempre de dónde tiene la lista de los regalos. Como ves, ya estamos muy mayores y necesitamos pediros tres favores muy importantes:

Primer favor: Que nos ayudéis a poner los regalos a los niños. Cada padre y madre harán nuestro trabajo el día de Reyes: leerán las cartas de sus hijos y, con la misma ilusión que la nuestra, les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros. Así todos los niños del mundo tendrán sus regalos y nosotros podremos descansar y ver, desde lo lejos, sus caritas de alegría.

Segundo favor: Como esto es un gran secreto, no se lo podréis decir a ____ hasta que cumpla los 7 años. Cuando tenga esta edad, ya será mayor y sabrá guardar este secreto. Los niños pequeños no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que son los padres los que nos ayudan porque si no… ¿Qué pensarán de nosotros? ¿Dónde estará la magia? El secreto se ha de decir solo a los niños responsables, a los que ya pueden entender que nosotros les queremos mucho y que por eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más los quieren a ellos.

Tercer favor: Algunos padres que nos ayudan están enfermos o no tienen dinero para comprar regalos a sus hijos. Y también hay niños que no tienen la suerte de tener dos papás. Por eso, necesitamos que vuestros hijos se conviertan «un poquito» en Reyes Magos y compartan algunos regalos con los niños que no tienen tanta suerte como ellos.

Nada más. ¿No es demasiado, verdad? Cuando _____ te pregunte por primera vez quiénes son los Reyes Magos léele esta carta. Entenderá por qué nosotros hemos confiado en vosotros para hacer nuestro trabajo: porque sois las personas que más lo queréis en el mundo y que mejor pueden ver su enorme y bondadoso corazón de perla.

Melchor, Gaspar y Baltasar

Modelo 2

Hola, ______:

Somos los Reyes Magos.

En realidad, lo importante no es que seamos Reyes ni Magos. Lo importante es que somos unas personas que te quieren, que saben cómo sientes y cómo es tu corazón.

Sabemos tantas cosas de ti como tus padres: que te encanta hacer deporte, las videoconsolas, que vas a clases de inglés, que juegas al fútbol, que tienes una hermana, que eres muy fan de Star Wars, que tienes una novia que se llama Claudia y dos mejores amigos que se llaman Manuel y Unai

Sabemos que te esfuerzas en hacer bien las cosas, que intentas no pelearte con tus hermanas (aunque a veces, no lo consigas) y que muchas veces ayudas a papá y mamá. Y sabemos que ya tienes _____ años y… algunos meses más.

Sí, ya eres mayor. Y, por eso, ha llegado el momento de compartir contigo nuestro SECRETO. Cuando un niño deja de ser niño y se convierte en hombrecito, está preparado para guardar nuestro secreto sin decírselo a sus hermanos menores o a otros niños que no lo saben.

Sí, pocos saben la GRAN VERDAD… y, para conocerla, hay que ser capaz de guardar el gran MISTERIO DE LOS REYES MAGOS sin decírselo a los demás. Y es el momento de que lo sepas tú.

Nuestro gran secreto es que… nosotros existimos únicamente en el corazón, en el corazón de todos los papás y mamás del mundo.

La verdad es que no existen los Reyes Magos como personas…. pues no podrían vivir eternamente. Los que ponen tus juguetes por la noche mientras tú duermes son… ¡tus papás! Sí, son tus padres.

Y te ponen juguetes porque creen que durante todo el año te has portado superbien, porque creen que eres un buen chico, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo, un buen nieto, un buen alumno, un buen dibujante, un buen lector, un buen estudiante…en fin, un niño que se merece que sus papás le demuestren lo orgullosos que están de él.

Querido ______, tu papá y tu mamá son felices porque tú existes, porque tú eres su querido hijo y no un niño cualquiera. Tus padres son felices porque disfrutan de ti, de tu inteligencia, de tu cariño, de tu manera de ser. Tienes la virtud de hacer felices a todas las personas que te quieren y eso…eso se merece una sorpresa tan grande como la de creer en los Reyes Magos.

Tu hermana Rocío fue el primero en conocer nuestro secreto, pero tu hermano Pablo es aún pequeño y por eso no podemos hacerle participar de este gran misterio. Hay que guardar el secreto. ¡Es una gran responsabilidad! Tú, que sí lo conoces, debes ayudarnos a mantener en él la ilusión cada año que ponga sus zapatos bajo el árbol. Cuando sea tan mayor como tú, los Reyes Magos nos encargaremos de escribirle una carta también a él. Contamos contigo para que no se lo cuentes. Le dejaremos creer en los Reyes Magos unos años más.

Un beso enorme de los Reyes Magos y de papá y mamá.

Modelo 3

Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

— ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

— ¡Oh, sí! —Exclamó Gaspar—. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

— Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el portal:

— Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

— ¡Oh! necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.

— No os preocupéis por eso –dijo el Niño–. Yo os voy a dar no uno, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

— ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible?—, dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.

— Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?

— Sí, claro, eso es fundamental—, asintieron los tres Reyes.

— Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

— Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje— respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

— Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:

— Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, yo ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

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¿Crees que te puedo ayudar?

Puedes contactar conmigo en el Centro de Especialidades Médicas Santiago Amón o en el 644.73.79.33

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Miriam Tudela
Psicóloga en Las Rozas / Psicóloga Majadahonda / Psicóloga Boadilla / Psicóloga Móstoles / Zona Noroeste / Atención a domicilio

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