«El día que mi hermana quiso volar» de Alejandro Palomas es una obra que nos sumerge en las profundidades del duelo, la pérdida y el amor inquebrantable entre hermanos mellizos. A través de la historia de Elio y Eva, el autor explora con maestría los silencios y las palabras no dichas que envuelven a una familia tras una tragedia.
La trama se centra en Elio, un joven de 13 años que enfrenta la devastadora pérdida de su hermana Eva. Esta tragedia desencadena en Elio una serie de preguntas existenciales, como: «Cuando hay dos mellizos y uno muere, ¿el otro sigue siendo un mellizo o se llama de otra manera?». Esta inquietud refleja la profunda conexión entre los hermanos y la crisis de identidad que surge tras la ausencia de Eva.
Desde una perspectiva psicológica, la novela aborda el proceso de duelo en la adolescencia, una etapa caracterizada por cambios emocionales y búsqueda de identidad. Elio se enfrenta a una pérdida que lo deja desorientado, y su dolor se manifiesta en silencios y comportamientos que reflejan su incapacidad para expresar lo que siente. La relación con su madre, Mónica, también se ve afectada, evidenciando cómo el duelo puede distanciar a los miembros de una familia.
La figura de Mateo, el psiquiatra de Elio, es crucial en la narrativa. A través de sus sesiones, se revela la importancia de la intervención profesional en procesos de duelo complicados. Mateo ayuda a Elio a transitar por su dolor, desentrañando si la muerte de Eva fue accidental o intencional. Este enfoque terapéutico destaca la necesidad de abordar temas como el suicidio y la salud mental en adolescentes con sensibilidad y comprensión.
El amor entre Elio y Eva es palpable en cada página. A pesar de la ausencia física de Eva, su presencia sigue influyendo en la vida de Elio, demostrando cómo los lazos afectivos trascienden la muerte. Este vínculo resalta la importancia de reconocer y validar las emociones en el proceso de duelo, permitiendo que los dolientes encuentren formas saludables de adaptación.
Alejandro Palomas utiliza el silencio como un recurso narrativo poderoso. Los momentos de mutismo de Elio son más elocuentes que las palabras, reflejando cómo el dolor puede paralizar la expresión verbal. Este enfoque invita a reflexionar sobre la necesidad de crear espacios seguros donde los adolescentes puedan expresar sus emociones sin temor al juicio.
En resumen, «El día que mi hermana quiso volar» es una novela que, desde una perspectiva psicológica, ofrece una mirada profunda y conmovedora sobre el duelo, la pérdida y el amor fraternal. A través de personajes complejos y una narrativa que entrelaza silencios y palabras, Alejandro Palomas nos recuerda la importancia de la comunicación, la empatía y el apoyo profesional en los momentos más oscuros de la vida.