El Alzheimer no comienza con grandes olvidos, sino con pequeñas señales que a menudo pasamos por alto. Uno de los primeros síntomas es el olvido de eventos recientes, como conversaciones, citas o tareas cotidianas. Este tipo de olvido se diferencia del envejecimiento normal y puede ser una señal temprana de deterioro cognitivo leve, una etapa que precede al Alzheimer .
Como psicóloga especializada en la tercera edad, es fundamental estar atentos a estos cambios sutiles en la memoria. La detección temprana permite intervenir a tiempo, ofreciendo estrategias para mantener la calidad de vida y el bienestar emocional de nuestros mayores.Si notas que tú o un ser querido experimentan estos síntomas, no dudes en consultar a un profesional. La prevención y el acompañamiento adecuado marcan la diferencia.
El primer signo suele ser algo tan cotidiano como repetir una pregunta que ya se respondió. Según la Asociación del Alzheimer, el primer recuerdo que suele perderse es el de eventos recientes o información recién aprendida.
Este es solo uno de los 10 síntomas progresivos que pueden indicar el inicio de la enfermedad:
- Olvido de eventos recientes y repetición constante de información.
- Dificultad para resolver problemas o seguir un plan, como una receta o cuentas del hogar.
- Problemas para realizar tareas cotidianas, incluso conocidas.
- Desorientación en tiempo y lugar.
- Dificultades visuales y espaciales, como leer, identificar colores o entender imágenes.
- Problemas con el lenguaje, tanto al hablar como al escribir.
- Pérdida frecuente de objetos y dificultad para recordar dónde los colocó.
- Juicio deteriorado, con decisiones poco seguras o impulsivas.
- Pérdida de iniciativa o desinterés por actividades que antes disfrutaba.
- Cambios en el estado de ánimo y personalidad, como irritabilidad, ansiedad o desconfianza.
Como psicóloga especializada en personas mayores, mi invitación es clara: prestemos atención a estos cambios. Detectar el Alzheimer de forma temprana permite intervenir, acompañar emocionalmente y mejorar la calidad de vida del paciente y su entorno.No estás sola/o. Consultá si notás alguno de estos síntomas en vos o en un ser querido.